sábado, 29 de octubre de 2011

Se va octubre...

Un mes, mas bien meses llenos de muchas cosas...

Para nuestro bien o para nuestro mal nunca sabemos donde terminaremos, eso que llamamos Destino, cuya definición según la Real Academia de la Lengua Española:

"fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos"
o la segunda definición, que seguramente la dio alguien que ya había sufrido los efectos del estino:
"Encadenamiento de los sucesos considerado como necesario y fatal."

¿A que viene todo esto? pues sería largo y aburrido de contar, solo para reflexionar y desaburrirse de lo cotidiano, y aquí nuevamente interviene ese bendito (o maldito) destino, pues gracias a el rompemos con lo cotidiano. 
Nunca se sabe nada, ni siquiera como terminarás el día, que respuesta te darán, que clases tendrás, bueno más en corto muchas veces ni lo que pasará por la tarde.

Si lo que sucede en nuestra vida es para bien, casi siempre decimos "Que coincidencia", por ejemplo el encontrarte justa y precisamente con esa persona especial que no habias podido ver, en el sitio menos esperado, sin importar que viva al otro lado de la ciudad, que el punto donde se encuentran sea concurrido por cientos o miles de personas al día, etc, etc.


Ahora bien, si lo que sucede en nuestra vida es desfavorable expresamos "ya era mi destino", y no erramos pues se ajusta justa y precisamente a la segunda definición, con tintes de que se trataba de algo inevitable e irremediablemente desalentador. Pero pensando un poco y volviendo sobre nuestros pasos ¿realmente era inevitable? y aquí se cuela esa frase en antepretérito que solo podemos escribir, muy comunmente lo expresamos, pero es imposible de llevar a cabo,  si hubiera....
Ya cuando uno llega a los pensamientos tipo hubiera... es por que por lo menos ya descubrimos en donde pudo estar el error, donde era evitable la secuencia de hechos, pero ya es demasiado tarde, una vez que comenzó, se vuelven inevitables las consecuencias.

Todo ello se resume precisamente en la frase que sirve de subtítulo del blog:
"No existen las coincidencias, solo lo inevitable" Yuko Ichihara en Tsubasa



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