viernes, 20 de octubre de 2017

Obituario clínico

"Desde el primer día que entre a la facultad de medicina sabía que nunca ejercería" Esa frase la escuche en una película hace algunos años, en ese entonces apenas iba a comenzar mi segundo año de la carrera, y tomaba esa frase muy en broma, sin embargo, casi 3 años después se ha roto esa línea entre la broma y la verdad. Todavía recuerdo mi primer día en la facultad de medicina, es más ahora que lo pienso nadie podría olvidar su primer día en la facultad o escuela que fuera, siempre llegas emocionado, ilusionado, motivado, lleno de ímpetu y también podría ser, un poquito de miedo a todo lo nuevo que tendrás que enfrentar. Pero en mi caso, también aplicaría la frase que mencione al principio, pasaría algo que motivaría mi espíritu de investigación y me alejaría del ámbito clínico. Es importante aclarar que esto no es ningún trauma ni nada parecido, al contrario doy mil gracias a que así haya sucedido, justo el primer día de clases en la universidad y en la primer clase. Después de unas largas vacaciones, y de un proceso de selección un tanto riguroso, finalmente se hacía realidad, el primer día de clases. Mi primer clase programada era Anatomía, a las 7:00 am. El profesor, un médico internista un poco añoso, llegó puntual y se presentó ante nosotros, nos explicó un poco de su materia y nos pidió que nos presentáramos, que dijéramos nuestro nombre, la escuela de la que proveníamos y lo más importante... ¿POR QUÉ ELEGISTE MEDICINA? Cinco personas se presentaron, la respuesta a la última pregunta era la misma: Para ayudar a la gente. Comenzó la presentación del sexto, y justo antes de que diera la misma respuesta, el profesor comentó lo siguiente, sabías palabras que aún recuerdo muy bien "piensa bien la respuesta ¿Por qué elegiste medicina? Y por favor no me vengas con el cuento barato que todos dicen o se copian por no encontrar una verdadera razón, que según para ayudar a la gente" El chico no supo que contestar a eso, guardó silencio, y el profesor retomó la palabra "y los que siguen ya saben, no me hagan repetirlo", lo cual significaba mayor presión para mi, debido a que sólo faltaban 3 o 4 personas antes de mi turno. La actitud de este profesor podría parecer malvada a más de uno, incluso a mi así me pareció en esos momentos, pero hoy lo veo de diferente manera, y de verdad le agradezco a ese profesor ese momento, puesto que en ese breve instante mi cerebro tuvo que hacer una labor grandiosa, encontrar cual era mi verdadera motivación para estar ahí, y como bien lo dijo el profesor, hacerlo lejos de esa frase barata y muy gastada de "ayudar a la gente" que hubiera dicho y mantenido como estandarte y aliciente a lo largo de mi formación. Me maravilla el funcionamiento del cuerpo humano, es una máquina casi perfecta, toda la fisiología parece diseñada a la perfección, mi motivación para estudiar medicina realmente fue esa, descubrir y desentrañar que hay detrás de todos los procesos de salud y enfermedad. Creo firmemente esa es mi verdadera motivación, y así lo dije en aquella ocasión, y no ha cambiado hasta la fecha.

viernes, 6 de junio de 2014

Investigación acerca de dudas existenciales o dudas existenciales por la investigación

No hay nada peor que tener que tomar una decisión acerca de tu futuro, especialmente cuando sabes que de la opción que eliges dependerán muchas cosas, y menos aún cuando tienes de trasfondo el saber que decisiones previa,ente tomadas han sido totalmente equivocadas y te han arrastrado a tu lastimera situación actual.
Siempre he sido fiel creyente de la ciencia, será está la que saque a la humanidad hacia adelante, toda investigación científica es válida y no debe ser menospreciada, a veces los descubrimientos más grandes fueron resultado o por lo menos basados o inspirados en investigaciones básicas, incluso a veces podríamos decir que absurdas, del tipo "Se descubre el gen que les da el color fluorescente a las medusas", que si uno lo ve en la televisión o lee en los periódicos diría "a mi que díantres me importan las medusas", sin embargo años después puede que este artículo inspire a alguien a desarrollar protocolos más finos que culminen en noticias de primera plana, digamos por ejemplo: "Nobel de medicina al Dr. X por identificar los mecanismos que determinan el color de la piel en los seres humanos, tomando como basé modelos de animales marinos".
La idea central de esta entrada es: toda investigación es válida, por muy absurda que suene.
Los inconvenientes vienen cuando debes elegir a un tutor y una línea de investigación a desarrollar durante todo un año durante tu servicio social ¿A quién elegir? ¿Qué tema elegir y como abordarlo?
Para bien o para mal, para los estudiante de medicina tu mundo de posibilidades se ve drásticamente reducido a selecionar a un tutor pertenenciente a algo denominado SNI (Sistema Nacional de Investigadores), con lo cual se asegura tendrás como mentor académico de alta calidad, con la pequeña desventaja de que podrías no encontrar científicos investigando lo que a ti te apasiona.
Ahora bien, particularicemos mi caso:

  1. Desde hace algunos años ya tenía un tutor que cumplía todos los requisitos, incluyendo el de abarcar un tema que me apasiona. Lamentablemente el destino nos alcanza a todos, y así es como ahora sólo nos queda el recuerdo de esta doctora, y yo sin proyecto.
  2. Hematología es una especialidad que últimamente me ha fascinado, lo cual me llevo a indagar si podría solicitar mi servicio social en dicha área, sin embargo los médicos de dicha área carecen de algunos documentos solicitados, así que otra opción que tuvo que ser descartada.
  3. Recordar es vivir... Y bueno siempre queda la opción de acudir con algún mentor previo. Sin embargo se plantea el problema de la distancia, tener que recorrer media ciudad a diario hasta zona de hospitales; claro todo ello sin tomar en cuenta si alguien más no ha acudido ya a solicitar eso mismo.
El último apartado es el que tiene lugar actualmente, dentro de un hospital de cuyo nombre no puedo recordar, pero que todos tienen en muy alta estima, aunque yo no tanto, por lo menos no en la parte asistencial que me ha dado muchos dolores de cabeza estos últimos meses, mundo muy distante de la sección dedicada a la investigación, de la cual si tengo muy buenas impresiones.
El caso es que finalmente se concertó la cita con un Dr. quien me ofrece aceptarme bajo su tutela, siempre y cuando desarrolle un proyecto propio, que deberá ser sometido a todos los procesos burocráticos del hospital, llámese comité de ética, aprobación por dirección y bla bla bla bajo la advertencia de que dicho proceso lleva como mínimo 3 o 6 meses, además sabiendo que no podré hacer uso de NADA innovador dentro del campo de las ciencias de la salud, entiéndase biología molecular ni estudios avanzados de inmunología, debido a las carencias de la institución. En resumen se me ofrece hacer un trabajo en el mejor de los casos llamemosle epidemiológico, y digo en el mejor de los casos, por que la población de estudio son pacientes afectados con una enfermdad rara, o por lo menos si no es rara, digamos que muy poco frecuente. Además, quizá sea una mala impresión mía lo cual no creo puesto que he tenido experiencias previas similares, el sentir la "malmirada" de todos los que me veían ahí, lo cual era de esperarse tomando en cuenta factores míos y de los presentes...
Ahora aquí es donde se me podrá tachar como alguien de doble moral o doble cara, pero ¿De verdad invertiré un año en una investigación X? Y por X me refiero a algo carente de un peso científico real, es decir, tomando en cuenta las particularidades de la enfermedad a estudiar lo mínimo que se podría esperar en algún protocolo para su estudio sería un aporte original respecto a modalidades de tratamiento o diagnóstico específico, incluso estudios in vivo o in vitro de la fisiopatogenia; pero no, nada de eso estará a mi alcance, al parecer lo único que podré disponer será un bolígrafo y miles de formularios del tipo: ¿tiene perro? ¿Fuma? ¿Alergias? ¿Años con su enfermdad? Etc... Que se vertirán en bonitas gráficas destinadas al olvido dentro alguna revista epidemiológica.

Es por esto y miles de cosas más que hoy, ahora en este preciso instante cusndo puedo ser realmente sincero conmigo mismo y me puedo decir ¿Qué estoy haciendo mal como para estar llegando a este punto? Más que esa pregunta, hay algo más: un sentimiento de agotamiento y desilusión. Lo peor de todo esto que pareciera me estoy volviendo conformista, se que esto no va bien, pero poco a poco me estoy acostumbrado a ello, a tomarlo como si fuera lo normal y aceptarlo, se esta extinguiendo esa llama que me hacia luchar por los mejores sitios en las mejores instituciones, inclusive ni a poder sacar provecho de lo que tengo, como es el caso de ahora que toda una tarde no ha sido suficiente para plantear un proyecto que en teoría debería ser fácil. En fin, es mi más encarecido deseo que esto sólo sea un mal día, sólo producto del cansancio acumulado y no más.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Es que no me dijeron...


Para los que estamos en cuarto año de la carrera de medicina, solo en unos meses te convertirás en Médico Interno de Pregrado, el paso previo a tu servicio social.
Y justamente estos últimos meses muchos de mis nuevos compañeros han empezado a preocuparse por que será de ellos.

Durante los primeros 2 años en la facultad tienes clases teóricas, nunca vez pacientes, y todo el mundo está deseoso de entrar en los ciclos clínicos y ver pacientes reales; por ello la gran mayoría (en la que no me incluyo) aprende solo lo necesario para pasar estos años que catalogan como aburrido y cansado, su único deseo es pasarlos y llegar a la clínica.
Empiezas 3er año y por fin lo tienes, tu experiencia clínica, todo aquellos que esperaban este momento se vuelven inmensamente felices, dicen que la clínica lo es todo y miran con malos ojos si les recuerdas que las ciencas básicas siguen existiendo, peor aún si les mencionas una materia llamada Salud Pública.
Transcurren así casi 2 años, y llega el momento de ir pensando en donde realizarás tu servcio social.
La tradición indica que debes realizarlo en un sitio alejado de tu casa, enmedio de la jungla o el desierto, o mejor aún, en algun poblado de los tantos cerros que posee la orografía mexicana, en un "centro de salud" que tiene una silla, una mesita y una camilla, ahhh y paracetamol, kilos y kilos de paracetamol. Con este armamento debes atender todo tipo de padecimientos en la población a la que te envien. Serás privilegiado (o desafortunado) si cuentas con una enfermera que te auxilie eventualmente.

Pero los tiempos cambian, y hoy en día México se encuentra inmerso en un ambiente poco favorable para el desarrollo de la práctica médica en sitios poco urbanizados, bueno prácticamente de muchas profesiones. ¿La razón? La inseguridad.
Comienzan a poner en las noticias breves historias de médicos que son asesinados, extorsionados o violadas durante su servicio social, algo que pudiera parecer nuevo, pero que hasta parece formar parte de la "tradición", no por nada la facultad cuenta con un muro (de dimensiones considerables) donde se coloca el nombre de los que han muerto durante su servicio social.

Estas y otras razones han sido motivo para que esas mismas personas que se declaraban médicos clínicos, entregados en cuerpo y alma a sus pacientes, comienzen a reconsiderar el seguir "la tradición" del servicio social, y optar por otras opciones como lo son la investigación y la docencia.

Es aquí donde entra la frase y título de esta entrada, que ha sido pronunciada por muchos de estos estudiantes que comienzan a visualizar las cosas fríamente.

Resulta muy gracioso ver como de la nada, ahora todos se preocupan por intentar hacer algo de curriculum y hacer todo lo necesario para realizar servicio social en investigación, teniendo 5 años para hacerlo tranquilamente y ahora quieren hacerlo todo en unos escasos meses., comenzado a volverse común oir sus quejas como:
  1. "Es que no me dijeron que se podía hacer el servicio como ayudante de profesor"
  2. "Es que nunca te dicen que es importante hacer investigación"
  3. "Deberían decirnos que tomaramos cursos extra desde el inicio de la carrera"
  4. "Los investigadores son muy payasos, quieren que uno se acuerde de todas las ciencas básicas"

A lo que se podría responder:
  1. Tal vez no te enteraste porque nunca te acercaste a tus profesores, solo los veías como alguien a quien tenias que oir durante clases, como esos seres que no son "tan clínicos" como tu quisieras, y por ende ignorabas olímpicamente.
  2. Mentira total. Desde el primer día te dicen que hay todo un departamento especial para vincularte con investigadores; hay miles de eventos, congresos, seminarios en la facultad e incluso hasta en algunos hospitales; es más, el día que te inscribes siempre hay un comité encargado de informarte que puedes y DEBES hacer investigación, incluso te invitan a formar parte de grupos especiales para fomentar y fortalecer tu parte científica, mismos grupos que el resto de la carrera te la pasas criticando y diciendo que son elitistas, aunque nunca les hayas hablado a un miembro de ese grupo ni asistido a sus clases, eres capaz de criticarlos y decirles que son muy faroles (que fingen saber mucho, pero no saben nada) y según tu, nunca serán buenos clínicos como tú.
  3. Te casaste con la vieja idea de "El paciente es el mejor libro" y prefieres pasartela viendo gente enferma, oir y creer lo que te dicen los demás; en lugar de asistir a un curso formal donde lo que te dicen tiene respaldo científico y no solo el clásico "En mi experiencia..."
  4. Si planeas hacer investigación, obvio debes tener un poquito de conocimientos necesarios; no es que los investigadores sean payasos, más bien solo te hacen ver la falta de conocimientos o habilidades que deberías tener y preferiste desechar para dar cabida a tu "amplia sabiduría manual" en ámbitos clínicos. Simplemente es como si un investigador quisiera explorar el abdomen de un paciente, lo más seguro es que la falta de práctica puede impedir que lo haga correctamente, y no faltará el "sabio clínico" que se burle; justamente pasa eso cuando tu gran clínicos quieras realizar una PCR, no tendrías ni la más remota idea de que hacer.


En fin, seguiré informando de estos episodios cotidianos...